Le voy a las chivas—regalame unas!
Siempre me ha gustado el futbol, pero no fue hasta mi adolescencia en que empece a seguir a un equipo. Ese equipo son Las Chivas Rayadas del Guadalajara. Para los que se preguntan porque a las Chivas? Pues mi abuela nació en Jalisco y tenia unos amigos muy buenos que era fans de Chivas. Y así decidí ser rojiblanco. Sin embargo, en el inicio de mi carrera nunca hable de futbol hasta que llegue a La Ley. No estoy segura porque fue así. Y quizás algunos de ustedes recordaran escucharme haber hablado de, “mi novio Omar Bravo,” o de que vi un clásico tapatío en el Estadio Jalisco, o alguna otra anécdota. Y atreves de los anos hemos creado “amistad” por teléfono con ciertas personas. Y lo comento porque muchas veces nunca llegamos a conocerles. Pues, un día un chico que llamaba seguido que trabajaba en el campo me dijo que me tenia un regalo. Un regalo? No era mi cumpleaños. Me dijo que sabia cómo era fan de las Chivas y yo pensé que seria alguna playera o algo similar. Sonreí y dije gracias! Me dijo, “le dije a mi patrón que esas no las vendiera. Que yo sé las compraba para ti.” Perdón, que cosa le quieres comprar a tu patrón? El orgullosamente me dijo, “ pues unas chivitas que acaban de nacer. Te las voy a regalar.” Cómo crees? Literalmente unas chivas! Del fondo de mi corazón le agradecí pero le comente que no podría tenerlas en mi casa. Donde las pondría? Por varios meses me insistió en que fuera por ellas. Y tristemente después deje de saber de él. Años después me volvió a llamar, y me dijo que tuvo que mudarse a Georgia. Dijo que las chivas se quedaron con su jefe.
Mateo 2:11 “Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre, Maria, y postrados, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra.” A mí regalaron chivas.
