Al inicio de mi carrera, mi primer turno al aire era de 7 de la tarde a la medianoche. Seré honesta en decir que me daba un poco de miedo quedarme sola en el estudio, pero la adrenalina de hacer lo que amo me acompañaba y era más fácil.
Y uno de esos días mientras estaba en mi turno me di cuenta que había unas luces de auto apuntando directamente a la cabina. Los estudios de la radio, La Nueva 92.9, estaban en una casa que se había convertido en oficina. La cabina estaba en lo que anteriormente había sido una sala y tenia una gran ventana que daba hacia la calle. Era muy agradable estar al aire y poder ver hacia afuera mientras autos pasaban, gente caminaba, etc. Pero por la noche, lo mejor era tener las persianas cerradas.
Al ver esas luces de auto pensé que alguno de los compañeros venia por algo que se le había olvidado o quizás el ingeniero venia a trabajar en algo. Sin embargo, cada una de esas personas tenia llave a las oficinas, no tendrían porque sonar el timbre. Y el timbre sono. El corazón se me detuvo por un momento y no me atreví a ir a ver quién timbraba. Si a uno de los compañeros se les había olvidado su llave me podrían haber llamado para avisar qué les abriera. Y al pasar unos minutos las luces de ese auto iniciaron a prenderse y apagarse. Muy raro. Llamo a alguien? Trate de ignorar lo que veía y seguí con mi programa. Y como ustedes saben, el teléfono es una de nuestras herramientas de trabajo. Así que al ver que sonaba el teléfono dije, “perfecto! Podré hablar con alguien, ponerles una canción, y quizás para entonces ese auto se vaya. “ Conteste, La Nueva, y una voz me dijo, te estoy viendo. Colgué. Las luces seguían prendiendo y apagando frente a mí y mi corazón estaba a mil por hora. Llame al 911 y dijeron enviaban a una patrulla. Tome valor y salí al aire, “A qué emoción, me va a venir a visitar la policia. Ellos siempre están pendientes de la radio.” Las luces del auto empezaron a alejarse y al ver que el auto se retiraba tuve el valor de ver atravesé de la persiana. Lo único que pude descifrar fue que era un auto negro o de un color obscuro y era deportivo. Y a los dos o tres minutos de que el auto se alejo llego la patrulla. El oficial intento ver si podía ayudar en identificar el auto. Eso no fue posible. Pero, dijo que estaría patrullando seguido por la radio esa noche. Afortunadamente, esa situación nunca se me volvió a presentar.
Recorde Isaias 54:17 “Ninguna arma forjada contra ti prosperara, y condenaras toda lengua que se levante contra ti en juicio. Este es la herencia de los siervos de Jehova y su salvación de mi vendra.”